Se tiene constancia documental que en 1876 ya procesionaba la Convocatoria, pero se desconocen más datos y la configuración del paso si es que existía, si que había dos bocinas con una Cruz y un grupo de tambores.

A partir de 1925 ya se tiene suficiente documentación para manifestar que es cuando nace el primer trono de la Convocatoria, a instancias del Canónigo de la catedral de Tudela y Alicante, el sacerdote crevillentino Juan Martínez García quien utilizando los restos de un antiguo paso del Sepulcro, unas ménsulas, hojas de acanto y un angelito llorando, formó un “carrito” portado a ruedas al que se le añadieron las dos bocinas y la imagen de un Niño Jesús abrazado a la Cruz que provenía del templo de Belén, en concreto estaba situado sobre el sagrario y es conocido como “Bambino”, quizás por sus orígenes italianos.

Este primitivo “carrito” fue realizado en el taller de José Cantó Almodóvar y las dos bocinas, realizadas en hojas de latón, fueron obra de Ignacio Pastor que era vecino del taller.

Con este trono se estuvo procesionando hasta el año 1947 cuando el ebanista crevillentino Vicente Oliver Pascual realiza un trono nuevo para ser portado a hombros de 12 “agarraós” y que únicamente mantiene del primitivo, las dos bocinas mientras que la Cruz iluminada porta los atributos de la Pasión de Cristo.

Desde sus orígenes, los penitentes de la Convocatoria vestían “vestas” negras hasta que en el año 1963 se cambiaron por las que visten en la actualidad de color blanco con cíngulo morado.

Se crea la Hermandad casi coincidiendo con el nacimiento de la Federación de Cofradías y Hermandades de Semana Santa de Crevillent, y lo hace con un carácter totalmente familiar, si bien con el paso de los años, se han venido incorporando nuevos hermanos, ampliando el abanico de familias vinculadas a la Convocatoria de la Santa Cruz.

Una de las decisiones más importantes tomadas por la Hermandad la constituye el tener que cambiar el trono que venía procesionando desde el año 1947 por uno nuevo cuya tarea se le encomienda al ebanista Policarpo Ramón Carreres quien en madera de cerezo realiza un trono mucho más acorde con la categoría de las procesiones crevillentinas en 2007, manteniendo, como en la ocasión anterior, únicamente las dos bocinas que datan de 1925 y los atributos pasionales que en lugar de ir insertados en la Cruz, lo hacen por medio de tallas en madera en los laterales del trono.