SEPTENARIO
POLIFONÍA INTERPRETADA EN NUESTRO SEPTENARIO DE DOLORES DE CREVILLENT
«Stabat Mater» Coro de Voces Populares
«O vos omnes» Coro de Voces Populares
«Plorans ploravit» Coro de Voces Populares
«Primer Dolor»
Coro de Voces Populares
«Segundo Dolor»
Coro de Voces Populares
«Tercer Dolor»
Coro de Voces Populares
«Cuarto Dolor»
Coro de Voces Populares
«Quinto Dolor»
Coro de Voces Populares
«Sexto Dolor»
Coro de Voces Populares
«Séptimo Dolor»
Coro de Voces Populares
HISTORIA SEPTENARIO DE DOLORES DE CREVILLENT
Es posible que la devoción y canto de los Dolores en Crevillent naciera hace más de trescientos años, según se deduce de un escrito publicado en la Revista de Semana Santa 1936, firmado por el Canónigo de Tudela, el crevillentino D. Juan Martínez García, en el que dice:
«[…] Así lo atestigua la tradición, que afirma empezaron a cantarse cuando nuestros antepasados adquirieron una imagen -ya desaparecida- que se veneraba en nuestra Parroquia, por los años 1620 1630.»
No teniendo más noticias concretas, careciendo de otra narración sobre el tema. Lo que sí ha llegado hasta nosotros -por transmisión oral entre generaciones- es que, desde el último tercio del siglo XIX, el maestro D. José Mas Llopis (tío Pepet el Amorós) incorporó las típicas «marchas», de autor anónimo, al Septenario de lo Dolores: «Stabat Mater», «O vos omnes» y «Plorans ploravit».
En el Septenario se ha venido cantando composiciones de Ledesma, Rossini, Prado, hasta que, a finales del siglo pasado, se dieran a conocer «Los Siete Dolores de María Santísima», de Marcelino Sempere, que en un principio se cantaban alternando con las anteriores composiciones, llegando poco más tarde a ser insustituibles.
Este Septenario de Marcelino Sempere tiene cuatro versiones que han ido acomodándose a través del tiempo, según las características de las voces del conjunto coral.
La primera, la original, que estaba escrita para tiples (niños), altos (que eran tenores muy agudos), tenores y bajos; la segunda, con la incorporación de sopranos y contraltos (mujeres), que cantaban las voces de niños y altos, con el consiguiente deterioro en el mal tratado equilibrio de las voces, detalle corregido en parte en la tercera versión, realizada en 1966 por D. Moisés Davia Soriano, al transportar toda la obra una tercera menor más baja.
En 1990 se optó por hacer una nueva adaptación de voces que discurrieran mejor por sus respectivas tesituras y, al mismo tiempo, enmendar posiciones demasiado separadas entre voces intermedias (soprano- contralto-tenor). debido a viejas formaciones corales.
En cuanto a las «marchas» que se cantan actualmente todos los días del Septenario -una por jornada, y el último día las tres- después de los Dolores, es una costumbre más cercana, pues, hasta no hace mucho tiempo y desde los primeros años, se interpretaban a partir del quinto día.
Estas «marchas», al no disponer de partituras originales, se han venido tergiversando con el paso del tiempo.
